Capítulo 1 - Acto 1

Le mantengo la mirada al chico. – Es posible que tú tengas intención de ayudarme, pero no quiero su ayuda. No me gusta cómo me mira ni ahora ni antes de entrar aquí. – Esta chica me recuerda un poco a como era yo antes del horror que cambio mi vida para siempre.

Yo tampoco creo que sea una coincidencia - Es un asunto complicado y que en principio solo puedo contarle a él pues es algo muy personal. Solo puedo decirte que tengo una carta que debo entregarle. – Miro a la gente que camina a nuestro lado. – ¿Te importaría si lo buscamos juntos?

-Tu misma dijiste antes que puedes percibir el mundo de una forma diferente. Además, percibiste el robo de aquella pareja, y fuiste capaz de dar conmigo. Es lógico pensar que posees algún tipo de visión "especial"- Medito brevemente sobre la misión que me ha traído hasta aquí.- Mi misión es algo complicada, no creo que por el momento debas saber más que tengo la intención de acceder a la Oscuridad de Americh.

Sonrío levemente. Me recuerda mucho a su padrastro, mi viejo amigo Ángelus. Obviamente hay mucho de él en ella. Aunque no sean familia de sangre, si que son iguales de algún modo. - Es justo.- Hago una pausa y le devuelvo la mirada. - Te sigo desde hace tiempo. Tu padre me pidió que te vigilara en sus ausencias. Puedes creerlo o no, pero lo hago porque prometía que te cuidaría. Sobre mi contacto y penetrar en la Oscuridad. ¿Crees enserio que sino vas allí donde se difuminan los mitos de la realidad y donde las leyendas y los cuentos de hadas se hacen reales, podrás dar con tu destino? Mi amigo, al que quiero llevarte, es un mago alquimista, con amplios conocimientos sobre Ebudan.- Digo en un susurro que solo ella pueda escuchar.

-Lo...lo siento. Tienes razón. ¿En que estaba pensando? No hemos sido educados, y mucho menos hemos sabido abordar la situación. Te pido disculpas, de mi parte y de la de mi hermano. Me deje llevar. Siempre lo hago, tengo la extraña necesidad de ayudar a la gente que creo que lo necesita. Lamento haberte juzgado mal, pero, si necesitas algo, en cualquier momento, lo que sea. Por favor, búscame. Estaré encantada de ayudarte. -Digo cambiando mi entusiasmo, por un tono más melancólico.

Miro la triste reacción de Kadim, se ha dado cuenta de que esta mujer no quiere ayuda. Desea llevar su carga sola. Pero siento pena, mi hermana cree que todo el mundo tiene un corazón bueno. - Vamos Kadim, tenemos cosas que hacer.- Agarro a mi hermana por el hombro con delicadeza y calidez.- Lamento el mal entendido. Y mi mirada, pero percibimos ambos lo que la atormenta. Aun así, no es asunto nuestro.

-¿Una carta? ¿Podría saber que o quien es el remitente?- Digo sorprendido a la muchacha.- Por cierto, puedes llamarme Alucard. Y no me importa que me acompañes a buscar a mi amigo y compañero. Nolan y yo fuimos adiestrados juntos en nuestra orden. Hemos compartido misiones y vivencias casi tan fuertes como cualquier lazo familiar. ¿Como debo dirigirme a vos?

-Bien es tu misión, tú decides, al menos la oscuridad no es un problema para mí. – Digo señalándome la cara. – Dices que poseo una visión “especial” como si fuese muy normal y natural. La gente común no habla así, más bien evita esos temas por miedo. ¿Quién eres en realidad Nolan? Sin duda no eres alguien común.

No me gusta la idea de haber sido espiada y no haber sido consciente de ello. No oculto mi cara de disgusto. Mi padre es muy capaz de algo así, es muy protector y tiene motivos, aunque no esté del todo de acuerdo con sus métodos. – Si me has estado observando sabes muy bien la respuesta a esa pregunta. – Me cruzo de brazos. – A lo que me refería es a que sería muy ingenuo por mi parte entrar en un sitio así con alguien como tú. Seré más clara, un hombre en quien no confío, que me ha estado espiando durante a saber cuánto tiempo por, según dice, una promesa a mi padre, pero el cual no me trae ninguna prueba de que eso sea cierto, un hombre que parece saber demasiado de mí y del que yo no sé absolutamente nada, tan solo por una promesa de obtener información. – Cojo mi vaso y termino mi bebida. – Bien, aclarado mi opinión sobre este tema, ¿Cuándo fue la última vez que viste a mi padre?

Me pongo de nuevo a la defensiva, sujetando mi brazo con fuerza - ¿Có…cómo que percibisteis? – Si, la gente que me rodea suele notar que algo no va bien, que hay algo raro, pero ¿percibir lo que me atormenta? Hasta hace tres años yo no estaba acostumbrada a este tipo de cosas, la magia, maldiciones, demonios…, todo eso era desconocido para mí, desde entonces, tras lo ocurrido me vi mezclada con mucha gente tanto buena como mala, para la que lo sobrenatural era algo normal. ¿Será ese su caso? Al ver el rostro de la chica algo en mi interior se derrumba, yo era así, siempre dispuesta a ayudar, viendo tan solo el lado bueno de las personas. Cojo la mano de la chica antes de que puedan alejarse. – Yo tampoco he sido muy amable, estaba alterada por un asunto personal y no llevo un buen día, pero no es motivo para pagar mi frustración con alguien que solo quiere ayudarme. Lo siento, no pretendía entristecerte. – Últimamente me cuesta confiar en los demás o relacionarme con alguien, pero no me siento bien haciendo sufrir a alguien sin merecerlo. – La verdad es que me vendría muy bien algo de ayuda. – Espero no arrepentirme de esto.

Compañeros… Aunque hasta hace cosa de un año no sabía que tenía un hermano siento cierta envidia. Resulta triste y extraño estar con alguien que sabe y conoce más que yo de alguien con quien debería haber compartido gran parte de mi vida, la única familia que me queda. – Encantada, me llamo Brianna y me sentiría más cómoda si me trataras sin tanta formalidad. La carta es de un familiar, pero no puedo darte su nombre. Lo siento. Si Nolan quiere compartir esto, será él quien lo decida una vez lea la carta.

-¿Enserio? ¿No van diciendo esas cosa?¡Valla! Menudo despiste. Bueno, soy un simple aventurero, investigador, héroe, ¿por que no?Un joven y apuesto chico en busca de aventuras y emociones, ávido de desentrañar misterios y encontrar cosas ocultas y antiguas. Un hobby. Ya ves

-Bien. agradezco tu franqueza. ¿Quieres confiar en mi? ¿Ver que digo la verdad? Lee mi mente. Ambos sabemos que puedes hacerlo.-Digo mirándola fijamente-No veo a Ángelus desde hace 1 año, más o menos.-Bebo un sorbo de mi copa.- Y no es una falsa promesa de información. Magnus es Ebudan, estudia sobre todo lo relacionado con vuestra antigua civilización.

-Digamos que poseemos, al igual que tu, cosas que no son comunes en la vida cotidiana. Gracias por las disculpas. Y acepta las nuestras. Kadim percibió que tienes un corazón puro, aunque mancillado por...- Hago una pausa- En realidad poco importa eso. ¿Como podemos ayudarte?

-Bien guarda tus secretos para ti, yo haré lo mismo. No dudo que todo lo que has dicho sobre ti sea cierto, pero hacerte el loco e inocente no se te da demasiado bien. – Digo con un tono un poco pícaro. – O puede que yo sea demasiado perceptiva, es la carga que tengo que llevar por mi ceguera, mis otros sentidos se han desarrollado muchísimo.

-Suelo ser muy impulsiva.-Explico mirando a mi hermano.-Cian siempre dice que debo meditar más mis actos. No tienes que disculparte, como ya ha dicho Cian. Te ayudaremos encantados, en lo que podamos.- Sonrió a mi hermano. En el fondo es un poco como yo, el también esta dispuesto a ayudar a quienes lo necesitan.

Sonrío de forma picara. -Bueno, no puedes culparme por querer tener algún secretillo ¿no?- Percibo algo que capta mi atención. Un Ki que me es muy conocido.¿Que hace el aquí?-pienso en voz alta. Mientas me detengo en seco.

-Admiro tu determinación y entereza. Respeto que sea el el primero en saber que contiene esa carta. Aunque no recuerdo que Nolan mantenga mucho trato con ningún familiar.-digo sonriendo a Brianna.-Busquemos a nuestro escurridizo amigo. Además, creo haber captado su Ki.-tras lo que comienzo a avanzar decidido en la dirección donde me parece haber percibido su energía.

- ¿Y dónde lo viste? – Le cojo la mano y me fijo en su mirada concentrándome en ella, hundiéndome en el azul de sus ojos. Vamos a ver qué me dice tu mente.

Ahora comprendo bien la actitud de Cian, si pudiera haría lo mismo para proteger a mis hermanos. – Acepto vuestras disculpas. – Suelto la mano de Kadim, que no había rechazado mi contacto. – Estoy buscando esta dirección – les muestro el trozo de papel donde está anotada - ¿sois de aquí?

- No sé qué tipo de relación tiene con el resto de su familia, la persona que escribió la carta es cierto que no ha tenido la oportunidad de tener la relación que le habría gustado tener con Nolan. – es una sensación un poco confusa, por un lado, me entristece lo ocurrido y que Nolan no creciera con mamá a su lado, por otro si eso no hubiese ocurrido yo no habría nacido. – Es complicado. – Sujeto el colgante para ocultarlo cuando noto que empieza a vibrar, si no tengo cuidado llamará mucho la atención. En ese momento los nervios se instalan en mi estómago. – Que rápido a sido localizarlo. – Sonrío nerviosa.

-Por supuesto que no, todos tenemos nuestros secretos. – Inclino la cabeza hacia él como si le mirara a la cara. – ¿Quién es él? – Pregunto curiosa.

Al coger mi mano, dejo que entres en mi mente, sin oponer resistencia, tratando de que te sea fácil llegar a los recuerdos que intuyo que buscas.
Ves momentos con Ángelus, conversaciones sobre investigaciones, sobre nuestras vivencias. La última fue hace un año, hablábamos de un viaje que pensaba hacer en breve. Ves recuerdos de cuando eras niña, fugaces, los últimos son sobre preguntas de tus movimientos, a gente con la que has hablado recientemente, o que parece haberte visto. Alguna imagen de ti, mientras te observo entre la gente, oculto o en la lejanía. Mientras investigas, o viajas por algunas zonas.
-Fue en su casa. Tu no estabas allí. Me hablo de un viaje, quería partir a Alberia.

Me apresuro a coger el papel, y observar lo que hay escrito. Una dirección, que no me resulta familiar. Pero si el sello.
-Esta runa es de Sol Negro, seguro que hay alguna de sus empresas o tiendas en la ciudad. ¿Por que buscar allí?- bajo mi voz casi a un susurro.- ¿Es algo mágico lo que buscas?

- Muy a menudo las cosas lo son, más aun en lo concerniente a los lazos familiares.- observo como se pone nerviosa, parece que siente una mezcla entre emoción y miedo.- Esta cerca. No te preocupes, irá bien.- Me llama la atención la reacción del colgante. Pero espero que sea ella la que me hable de el si quiere. Me acerco más rápido aún hasta donde percibo su Ki.