Capítulo 1 - Acto 1

Tras eso, y viendo la que la mujer se acerca de forma airada. Seguramente se halla percatado de las miradas de mi hermana y de las mías. Tiro de Kadim hacia el interior de la taberna. - Entremos

Me veo arrastrada al interior de la taberna, mientras veo como la chica se acerca, claramente airada. - Cian, quizás necesite ayuda. Precisamente porque hemos captado lo mismo, sabes tan bien como yo que hay algo bueno en ella.-Bajo la voz y susurro. - Esta maldita, y tal vez podamos ayudarla.

Me pregunto donde estará metido ese maldito e insensato compañero mio. Siempre actúa sin esperar instrucciones, por su cuenta y de forma temeraria e impulsiva. ¿En que estas metido ahora, viejo amigo? Alguien choca conmigo al girar la esquina.-¿Estas bien?- Digo mientras ayudo a la muchacha a incorporarse. El impacto a debido dolerle, ya que porto una pesada armadura carmesí, distintiva de mi orden. La observo y me resulta extrañamente familiar. Viste ropas de cuero, su cabello es ceniciento, sus ojos claros. Su colgante me llama la atención, puedo percibir su magia.

-Es un placer conocerte Nolan. La verdad es que en un principio no sabía muy bien como devolverte tu bolsa sin que resultara violento. Después… ¿Cómo lo digo? – Me quedo pensativa un instante buscando las palabras. – He comenzado a sentirme cómoda contigo, como si te conociera de antes y al pensar que buscabas algo he sentido la necesidad de ayudarte. – Me rio por mis palabras – Sí, resulta muy extraño.

-Hace unos seis o siete años que no entro allí. – Observo a la chica que me señala Shadow. – No suelo meterme donde no me llaman, pero que te lleva a llevarla a un sitio como ese. – Veo como la chica comienza a mirar a su alrededor sin saber quién le ha hablado - ¿Ella no te conoce? o ¿te ha olvidado? – Vuelvo a centrar mi atención en mi viejo amigo. – No sé si podré ayudarte, han pasado muchos años y no estoy segura de que las entradas se encuentren en el mismo lugar. – Me levanto y dejo unas monedas sobre la mesa. – Mientras habláis iré a echar un vistazo. No veremos en un par de horas en la plaza del centro de la ciudad, frente a la posada.

Justo cuando pido mi bebida me llama. Me giro en la dirección de la que creo que ha venido su voz y no veo a nadie cercano que este mirándome. Es extraño a pesar de que su voz ha sido un susurro no se encuentra a mi lado. Miro en todas direcciones desconcertada. ¿Aquí dónde? Después de otear la estancia varias veces veo a un hombre de ojos azules, piel clara y cabello negro como la noche que me mira. Por un momento dudo en acercarme. Me resulta inquietante, pero al mismo tiempo algo me atrae hacia él. ¿Quién es este hombre? Cojo mi bebida y me dirijo a su mesa todavía algo dubitativa.

Entro con paso firme y decidido, refunfuñando. Ahora no consigo sacarme a Arthur y lo que me hizo, de la cabeza. Lo cual hace que mi hierva la sangre. Al entrar me choco con alguien. – Maldita sea es que no sabes mirar por donde vas. – Estoy tan cabreada que ni siquiera miro de quién se trataba. Me acerco al mostrador con cara de pocos amigos. - ¿Cómo llego a este lugar? – Pregunto al hombre que hay al otro lado sin mucha educación.

Al doblar la esquina me golpeo con algo duro que me hace caer al suelo. Al mirar hacia arriba veo a un hombre ataviado con una armadura de Tol Rauko que me tiende la mano para ayudar a levantarme. Acepto su ayuda anonadada. No se trata de Nolan, el cabello y los ojos de este hombre son rojos como el fuego y el de mi hermano es tan claro como el mío. Me mira de forma extraña. Su mirada repara en mi colgante e inconscientemente llevo la mano a él. – Estoy bien gracias.

-La verdad es que no pensaba tener compañía, para la importante labor que tengo entre manos. Pero, ¿Quien dice que no a una cara ¡bonita?- Digo sonriendo a Fiala.- Bien, puedes acompañarme. Me dirigo a este lugar.- Le señalo una zona en el mapa que yo mismo he garabateado.

- Bien, allí nos veremos Akemi. Y... gracias.- Observo como Akemi se aleja, mientras Shanna ya me a detectado y se acerca a mi dubitativa. - Gracias por aceptar mi invitación.- Le digo cuando esta cerca.- Imagino que tienes muchas preguntas. Así, que lo mejor es que comencemos por el principio. Antes de nada, conocí a tu "padre" Angelus, eramos amigos y aliados. Fue el quien me hablo de ti. A decir verdad, nos conocimos hace años, tu eras solo una niña asustada y confundida, pero con un gran potencial, y una "mente excepcional, en todos los sentidos.- comento tratando de que leea entre lineas.- Hace años me hablo de tus sueños, y de los tatuajes que recorren tu cuerpo, son llamados Sue'Aman. Van cambiando, ¿verdad? Y tus sueños son cada vez más persistentes y constantes. Por eso he decidido ayudarte. Se que estás tras esos sueños, que buscas respuestas a tu destino. Me sorprendió que Angelus no estuviese ayudándote, lo que me hizo temer que está en algún tipo de problema o desaparecido. He decidido ayudarte en su lugar, y de paso, buscarlo juntos. Si estas conforme, por supuesto.

Tomamos una mesa, en un lugar algo apartado. No puedo evitar escuchar a esa mujer preguntar por una dirección. Aprovecho un momento de distracción de Cian y me levanto rápidamente, dirigiéndome hasta la mujer del brazo vendado. -Disculpa, ¿puedo ayudarte? Soy Kadim

No tardamos en sentarnos a una mesa. Parece que Kadim ha entrado en razón, aunque conociéndola, seguro que la cosa no va a quedar así. Trato de relajarme y pensar en como vamos a acceder a la Oscuridad de Americh. Mientras pienso en ello, Kadim aprovecha un momento de descuido para levantarse de forma espontánea y acercarse a la mujer maldita. "Mierda" pienso mientras me apresuro a detenerla. Pero para cuando llego a alcanzarla, ya ha entablado conversación con la mujer. Mi cuerpo arde, lleno de ira, mientras lanzo a Kadim una mirada de reproche, cargada de advertencia. Sea como sea, me mantengo muy atento a la reacción de la mujer del brazo vendado.

Mientras la ayudo a incorporarse, observo que aferra su medallón. No le doy mayor importancia, pues no quiero alarmarla, y mi objetivo en Americh es otro. -Lamento haber chocado contra usted, señorita. Me alegro de que no se halla hecho daño. ¿Puedo importunarla preguntándole si ha visto a alguien ataviado con una armadura similar a la mía, cabello blanco, ojos claros, clara aptitud despreocupada, y portando un par de katanas?

-Gracias por dejar que te acompañe y por el piropo. – Sonrío – Me estas enseñando el mapa ¿verdad? – Me río ante la situación, es agradable que se olviden de que soy ciega y me traten con normalidad.

Me acomodo en una de las sillas – No tienes que darme las gracias y si tengo varias preguntas que quiero hacerte, pero te escucho. – Lo que me dice me pone tensa en lugar de tranquilizarme, yo también llevo un tiempo pensando que le ha ocurrido algo a mi padre. – Dices que conoces a mi padre y que nos conocimos hace años. Si era una niña puedo entender que yo no te recuerde, pero por qué mi padre no te ha mencionado nunca y sin embargo él te ha contado cosas tan personales sobre mí. Has dicho que erais amigos, significa eso que ya no lo sois. – Apoyo los brazos en la mesa y le miro directa e intensamente a los ojos. – De ser así por qué debería confiar en ti. Además, seáis amigos o no, como sabes si él me está o no ayudando, que sabes sobre mis investigaciones, ¿acaso me estas espiando? – Pensar eso me inquieta – Y si hace años que sabes lo que me ocurre y realmente te interesa ayudarme ¿por qué no lo has hecho antes? ¿por qué después de tanto tiempo?

Miro a la chica de arriba abajo molesta, ignorando a su hermano al cual le molesta claramente que lo haga. – ¿Por qué quieres ayudarme? ¿Quiénes sois y que pretendéis? – Hago lo posible por no alzar la voz demasiado ya estoy llamando suficiente la atención, pero mi voz si suena un tanto amenazante. Puedo ver que el chico está cada vez más furioso. Le planto cara – ¿Te molesta que la mire así? Pues piensa en eso la próxima vez que tu hagas lo mismo con alguien. Recibes lo que das.

La descripción coincide con Nolan. ¿Debería decirle que yo también lo busco? Es una buena oportunidad. – No he visto a nadie con así - El miedo me paraliza, como voy a contarle quien soy. ¿Qué pensará? ¿Cómo se lo tomará, me creerá? No había pensado en todo eso. Me dije a mi misma que ya lo pensaría cuando llegara la ocasión y ahora que parece que voy a encontrarme con él no sé qué hacer. Tengo miedo y si me rechaza. El caballero me mira, parece interesado en mí reacción. Aun si me rechaza o no me cree hice una promesa y no puedo romperla. – Pero yo también estoy buscando a un hombre con esa descripción, su nombre es Nolan.

Salgo de la taberna hacia el casco antiguo de la ciudad. Recuerdo un par de entradas, una de ellas se encuentra en una de las zonas más peligrosas de Americh así decido comprobar primero la más segura. Las calles están algo cambiadas desde la primera vez que vine. Callejeo durante un buen rato avanzando y retrocediendo cada vez que parece que me he perdido. Al fin llego a mi destino. Se trata de un muro de piedra con un pequeño arco que da a unas escaleras que bajan hacia lo que podría parecer un calabozo olvidado y en ruinas. Muevo la reja con dificultad arrastrando el cascajo y montón de desperdicios que la bloquea. El lugar apesta. En el interior pongo atención a las paredes, palpando cada piedra, pues en una de ellas debería haber cinco piedras que son diferentes al tacto que el resto y que moviéndolas de la forma adecuada muestran un pasadizo a la Oscuridad.

Ante su aclaración sobre el mapa, me sonrojo y rasco mi cabeza.- ¡Anda, es verdad, jeje!- Lo guardo- Bueno, tu sigueme, imagino que de alguna forma si que puedes verme ¿no?- Comienzo a andar hacia donde me dirijo.

- Aun lo somos, solo que llevo algún tiempo sin saber de él. En cuanto a lo de la confianza, es algo que siempre se debe ganar. No espero que confíes en mi, me sorprendería de hecho que lo hicieses sin reservas. No creo que sean esas las lecciones que Angelus te haya inculcado.- Hago una pausa, para pensar en lo que voy a decir a continuación.- Sobre lo de ayudarte ahora y no antes, o como se eso, es algo que bien merece explicación. Pensé que Angelus ya estaría en ello, además, creía que te habría hablado de eso hace tiempo. Al descubrir que no era así, creí que lo mejor sería obrar en consecuencia. Sea como sea, Shanna, tengo información que puede serete útil. Se trata de un contacto en La Oscuridad, una zona de Americha, poco accesible y con mala fama. Lo que hagas con esta información y si quieres o no mi ayuda, es algo que solo tu debes decidir.

Trato de actuar antes de que Cian explote o haga algo guiado por su impulso y temperamento. -Te pido perdón, no era mi intención molestarte. Soy Kadim, el Cian. Solo quería ser amable, pareces preocupada y desesperada por encontrar algo. Te ayudaremos si aceptas, y sino, te dejaremos tranquila.- Trato de calmar a mi hermano con un gesto y sonrío a la chica, que claramente esta a la defensiva.

Justo cuando voy a replicar a la mujer, mi hermana me detiene, hablando con ella de forma pausada y calmada. Mi rabia y mi agitación, aún están presentes, pero Kadim esta manejando la situación sorprendentemente bien. De alguna forma, consigue que me quede al margen, asombrado por su rápida respuesta y su manera de controlar la situación. Aun así, mi mirada gélida es evidente.

-¿Nolan? No debe ser una coincidencia, el hombre al que busco, responde al mismo nombre. ¿Para que lo buscas?

- ¿Qué te hace pensar que puedo verte de alguna forma? – Digo pegándome a él y cogiéndome a su brazo. – Así no te perderé. Por cierto ¿de qué trata la importante labor que tienes entre manos? – Digo usando sus mismas palabras. – Y más importante, ¿cómo puedo ayudarte a llevarla a cabo?

-Si, pero sigues sin explicarme como te has enterado de que mi padre no me estaba ayudando y más si hace tiempo que no tenéis contacto. – Tengo la impresión de que solo me cuenta las cosas a medias y así por el momento me va a costar bastante confiar en él. – Acaso me tomas por tonta, me estás diciendo que me has citado aquí para ver a un contacto tuyo y que además tengo que entrar en una zona de difícil acceso y mala fama. No me malinterpretes, pero a menos que me cuentes algo más no pienso entrar allí - bueno incluso así no estoy segura de que acepte. - ¿Por qué no sale él de ese lugar? – Me pregunto cuál será su verdadera intención. Y, si realmente no pretende nada cuál será su As en la manga para hacerme cambiar de parecer.