La Forja de un Mito

- Sí, claro, pero..., ¿a qué se refiere con que hay parte de verdad y de mentira?- le digo con gran curiosidad.


"Sí, definitivamente a este príncipe no se le escapa nada, desde luego me parece que va a ser todo un honor trabajar para él."

- Lo descubriras por ti misma. Bueno, seras contratada como agente del principado, pero debes permanecer en secreto y ocultar tu afiliación, como buena espia. Tus honorarios seran de 50 MO mensuales.

- ¿Sólo necesitas una espía? No es difícil, y como buena espía permanecer en secreto es lógico.- Los miro- Lógicamente, querrás la mayor información de ambos bandos, ¿algo más?

Un pensamiento se cruza en mi cabeza; nunca he trabajado de espía, si es verdad que me he enterado de muchas cosas, pero también porque he vivido en pueblos. Por suerte aprendo rápido y más por 50 MO.

-El problemilla tonto que veo, y perdona mi indiscreción; es que no tengo dinero para el viaje y lo que pueda necesitar.- le sonrío con simpatía.

- No te preocupes por nada, se te adelantara la mitad de tu paga, además, Lorenzo se ocupara de los preaprativos. Lo encontraras en la armeria del palacio, es un hombre alto y sin cabello, pero muy elocuente e inteligente, apesar de lo que su apariencia pueda sugerir.

- De acuerdo, me parece un trato justo. Prepararé mis cosas y me pondré en marcha- le contesto escrudriñándolo para otear un atisbo de pensamiento en él.- ¿Te aviso cuándo lo esté o me voy?

No percibes nada en Lucanor, salvo un aire indiferente y frio. Te esplica que Lorenzo te revelara el resto de las indicaciones y cuando debes partir, ademas de como debes proceder.

Un guia te conduce por los largos y laberinticos pasillos de palacio, hasta que llegais a la armeria. Alli, se encuentra un hombre de mas de dos metros de altura, su cabeza esta carente de cabello, se encuentra fumando una exotica pipa, mientras orgeniza el equipo para tu viaje.



- Señorita Enaia, es un placer contar con los servicios de una joven tan prometedora. Mi nombre es Lorenzo.

-Encantada- le digo mientras le doy la mano, observando todos los preparativos- ¿todo esto es para mi viaje?

Al verlo fumar me apetece un poquito de mi hierba, pero no me arriesgo a encenderme un cigarro. Aún persisten las dudas de cómo voy a realizar mi primera y espero, no última misión.

- Asi es, el principe Lucanor no suele escatimar en gastos. ¿Conoceis los detalles de vuestra misión?.

- Sí, he de dirigirme a Dwänholf y averigüar todo lo que pueda de los dos bandos, supongo que según las noticias que traiga se me notificará mi siguiente paso, lo que no sé es si tendré allí un enlace.- Mierda, este es un dato importante que olvidé preguntar; nunca me fallaron tanto los nervios, pero este príncipe tiene algo que me intimida demasiado, aún hasta el punto de no parecer ni yo misma. "Relájate Enaia". uf, mal empiezas. Cuando esté fuera demostraré de lo que soy capaz y procuraré no cometer tantos fallos la próxima vez que me vea con Lucanor.

- No te preocupes, Lucanor no se ha equivocado jamas. Si considera que seras un espia y asesina competentes, lo seras. - Te entrega una bolsa de viaje. - Tu contacto en Dwanholf responde al nombre de Locerot, debes reunirte con el en la taberna de Las Gemelas. - Se desata una bolsita del cinturon y te la entrega .- Aqui tienes la mitad de tus honorarios.

Le hecho un repaso de arriba a abajo, ¿que no me preocupe?¿Me ve cara de preocupación? ¿De qué va? Me parece que aquí son demasiado listos todos. Mientras pienso esto, le dirijo una medio sonrisa:
- No, no estoy preocupada, nunca he fallado y no voy a empezar ahora.- Cojo la bolsa de viaje y la bolsita de mis honorarios.- Gracias.- le digo mirándolo con una sonrisa más abierta.- ¿Algo más que sepas sobre mi misión?

- Nada mas. Ahora ya puedes partir.

Cuando sales al exterior, con todo lo necesario para el viaje y tu misión, pesadilla te aguarda junto a la puerta, junto a uno de los sirvientes de Lucanor.

Sonrío al sirviente:
-Gracias- tomo las riendas de Pesadilla, le doy un golpezito cariñoso en el lomo y hábilmente me subo al caballo, doy media vuelta y vuelvo sobre mis pasos para salir de la ciudad.
Cuando estoy bastante más alejada:
- ¿Te han tratado bien, Pesadilla? Si seguro que sí. - y sin esperar respuesta de éste- No te lo vas a creer, me han ofrecido trabajo, dicen que me puedo convertir en la mejor, sí amigo, hay que demostrárselo, lo somos, ¿verdad? Vamos ha hacer un viajecito a Dwänholf. Me han dicho que quieren que trabaje de espía, ¿te lo puedes creer? Y me van a pagar 50 MO, mira,- digo enseñándole la bolsita-me han dado la mitad y has visto, con preparativos y todo. Si cariño, parece que la suerte nos sonríe esta vez.- Y en tono pensativo- Aunque la verdad es que el príncipe me pone los pelos de punta, y tiene una pantera negra, ¿sabes? Es lista, como tú, quizá si todo sale bien, os llevéis bien.- Beso al caballo, y me dispongo a liarme un cigarrito para tranquilizarme un poco. ´"Día extraño".

Una vez más calmada aprieto el paso, dirigiéndome hacia el puerto de Terhel.

El viaje hasta el Puerto de Terhel, es largo, pero no hay mas incidentes que los que ocasiona el mal tiempo. Tras llegar a puerto y conseguir un navio hacia Puerto Rue, emprendes una larga travesía por mar, que se hace bastante monotona y larga.
Por fin, cuando avistais puerto, y atracais en este, observas que hay cientos de navios amarrados a este, la gran mayoría de ellos con bandera pirata. Desciendes por la pasarela de la embarcacion junto a Pesadilla, estas agotada y algo entumecida por el viaje.

Al fin hemos llegado, vaya parece que hay mucho movimiento. Mejor, así entre mis pintas y el gentío quizá no llame demasiado la atención.
Uf, no sé dónde empezar a buscar la taberna, espero qué resulte fácil de encontrar sin tener que preguntar, no me gustaría nada más llegar dar mi posición a cualquiera.
Cojo las riendas de Pesadilla y empiezo a andar algo cansada hacia la calle principal del puerto tratando de mantener mis sentidos bien abiertos a pesar del cansancio, tratando de captar todo lo que pueda a mi alrededor, y de ver la taberna.

Mientras cabalgas por la atestadas calles del Puerto de Rue, observas que esta plagado de bucaneros y corsarios, el lugar mas concurrido de este tipo de gente de Gaïa, solo por detras de la mitica isla Ojo del Huracan.
En los muelles, contemplas que hay establecimientos de todo tipo, entre los que se encuentran varias posadas y hoteles, todos de aspecto deprorable.

Buena señal que no esté la taberna tan a la vista, ¡pero estoy tan cansada!
En vista de que no es tan fácil de ver, empiezo a recorrer las calles desde el muelle, para después empezar a internarme en la ciudad.
La verdad que no parece que sea inminente una guerra; aunque dicen que siempre hay calma antes de una tormenta; y bien es cierto que nunca he estado cerca de una batalla.
Observo a mi alrededor, creo que es la primera vez en mi vida que estoy delante de corsarios, tenía mejor impresión de ellos, no parecen que sean gran cosa, sólo molestos y sucios, aunque las apariencias a veces pueden engañar.
¿Dónde estará la maldita posada? Me duelen los pies a reventar y Pesadilla tiene pinta de estar tan cansado como yo.
Espero no tener que acabar preguntando por ella.
Mis pasos se vuelven más lentos, Pesadilla me da un empujoncito suave en el hombro, animándome a seguir; lo miro con cariño y le rasco la oreja.
Aprieto un poco más el paso aunque casi imperceptiblemente. Estoy tan cansada que apenas me fijo en los rumores de mi alrededor y centro mis energías en encontrar la taberna, dudo que tenga fuerzas para algo más antes de descansar.
El olor a cerveza y a comida rancia me abren el apetito y hace que mi cansancio crezca un poco más.