La Forja de un Mito

Enaia, marcada por la destrucción, poseedora de unos poderes que ella misma aun no controla. Todo lo que la joven muchacha conoce esta lleno de dolor y perdida. Pero parece que el destino esta a punto de cambiar, y ofrecerle algo bueno. El principe de Lucrecio, el mismisimo Lucanor Giovanni Frey, a solicitado una audiencia con ella para conocerla en persona. ¿Que ha podido ver en ella para querer conocerla personalmente?

La mañana en el Principado de Lucrecio es hermosa y calida, a pesar de que la noche hace poco que se ha disipado. Tu caballo Pesadilla, te conduce por las modernas y amplias calles de Du´Lucart, capital del principado. Segun la invitación que recibiste, debes dirigirte al Castillo de Larcs, donde reside el enigmatico principe Lucanor.

-Parece que la mañana también nos indica un buen presagio- digo con una sonrisa, mientras acaricio la negra crin de Pesadilla- reconozco que estoy algo nerviosa, no se lo digas a nadie. Espero no tener que arrepentirme de esto. Aunque ya es hora de que nos cambie la suerte, ¿no te parece?

Mientras Pesadilla y yo andamos por los calles de Du´Lucart hasta el castillo de Larcs, voy observando todo a mi alrededor con gran curiosidad, un sentimiento de esperanza invade mi corazón. Sí, parece que nuestra suerte va a cambiar.

Mienras cabalgas por las atestadas calles de Du´Lucart, puedes percibir el olor a comida, pan recien hecho, cerveza recien destilada, frutos de diversos lugares, aromas de especias que se mezclan y funden con la agradable brisa. El sonido de los carros y las botas de los trabajadores y turistas, el chillido agudo de los niños y los murmullos de las conversaciones de los ciudadanos. Mientras estas absorta en esto, eres interrumpida por un soldado del principado.

- El señor Lucanor la espera, si es tan amable de acompañarme la conducire hasta el castilllo de Larcs

Freno a Pesadilla, mientras escrudriño al soldado de arriba a abajo, y asiento.
Me bajo de mi caballo de un salto, cojo sus riendas y sigo al soldado.

(O tengo demasiada pinta de extranjera, o el principe tiene muy controlados a los habitantes de su ciudad, o ya me vio en algún momento sin que yo me percatara.
Sea lo que sea, ninguna me puede producir felicidad, y mucho menos la última, que seguro es la más probable de todas.)
(Si acabo trabajando para él, puede ser bueno que sea tan meticuloso y lo tenga todo tan controlado, porque eso significa que sea dado cuenta que puedo ser muy buena en mi trabajo, incluso que seré la mejor. Y además, que no tendré demasiados problemas en mi trabajo, porque no tendré que temer errores ni de él, ni de sus empleados.
Pero también puede ser malo, porque el hecho de que me hayan vigilado sin que yo me diese cuenta, no dice nada bueno de mí, eso significa que he vuelto a confiarme demasiado, ¡otro error!)

Se me escapa un leve suspiro, mientras miro a Pesadilla.

(Aunque si lo pienso bien, eso es imposible, no he vuelto a bajar la guardia en ningún momento. Eso es algo que no me he podido permitir nunca. No, eso es imposible. Lo mejor será ver que sucede.)

Avanzais por las modernas calles de Du´Lucart hasta llegar al precioso y apartado castillo de Larcs, una visión asombrosa. Cientos de arboles y flores rodean el castillo por doquier, decenas de metros de cuidados y exoticos jardines conducen desde la entrada al porton principal del castillo. El viaje a traves de tan agradable y tranquilo paraje resulta reconfortante y al mismo tiempo extraño. Mientras ascendeis a la entrada, notas que hay algo o alguien vigilandoos.

Miro con asombro disimulado mi alrededor, la verdad es que es el lugar más bello que he visto nunca.



PD: Observo a mi alrededor tratando de buscar quién o qué nos observa.
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'D100' : 80

Apesar de tus esfuerzos no consigues ver nada, pero la sensación sigue presente.
- ¿Ocurre algo señorita? Ya estamos cerca.- Interrumpe tu escolta

- No nada, solo observaba los jardines- le contesto con una sonrisa.

Definitivamente si que estuve vigilada, creo que tendré que andarme con mucho ojo aquí.

- Por favor, puedes llamarme Enaia.

El soldado asiente, y puedes ver una leve mueca de sonrisa en sus labios, como si supiera lo que piensas. Tras eso te conduce por los jardines hasta la entrada. Una vez habeis llegado, un sirviente recoge las riendas de tu corcel-
- Lo llevare a los establos no se preocupe, sera bien atendido. - Dice mientras se aleja con tu caballo.
- Ya hemos llegado, sube las escaleras y espera en el hall, no tardaran en ir a buscarte. - Se vuelve hacia el jardin.- Haces bien en permanecer alerta, pronto descubriras que as sido elegida para formar parte de la elite. - Y tras decir esto se aleja.

Antes de que se llaven a Pesadilla lo beso en el hocico.

Cuando el sirviente me dice eso lo miro con picardía y le sonrío.

"Vaya nos ha salido listillo el sirviente"

Me pongo a pasear por el hall, observando todo, vaya la sensación de vigilancia no desaparece. Quizá al estar en cerrado.



PD: Intento ver quién mi vigila.
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'D100' : 88

Observas que hay algun tipo de sistema metamagico situado en ciertas zonas del Hall, lo que sin duda debe de ser una especie de sistema de vigilancia.


- Hola espero que te guste lo que ves - Dice mientras desciende las escaleras cercanas junto a su pantera negra y sin mostrar ninguna emocion. - Estaba deseando verte en persona.

Un nudo atraviesa mi garganta.
-Sí, la verdad es que es preciosa la ciudad... y la pantera.- contesto tratando de que no se me noten los nervios, aunque consciente de que se daría cuenta.- Yo también tenía ganas de conocerle en persona.

Tratando de mantener firmes mis pasos me acerco a él.

Ves como su pantera da un gruñido de desagrado y se coloca justo delante de el, pero como si se tratara de un simple gatito, le da una palmada y esta se aparta. Anda hacia ti con decision y notas un escalofrío cuando se detiene justo enfrente de ti.
- Ambos sabemos que ardes en curiosidad, sigueme y te dare las respuestas que buscas.
Tras decir esto se da la vuelta y se dirige a una puerta situada a la derecha de las escaleras. Sientes algo inhumano en el y su pantera, intentas andar, pero sientes que las piernas no responden, debido a una sensacion de respeto y quizas miedo.

Me sorprendo ante la reacción de la pantera.

Intento reponerme y seguirlo, mientras asiento con la cabeza.

- ¿Ocurre algo? - dice mientras atraviesa la puerta y espera a que avances.

-No nada, no te preocupes.- le digo con mi mejor sonrisa. Y lo sigo.

Avanzais unos metros y luego girais a la izquierda, tras eso atravesais otra puerta y descendeis varios escalones, tras lo cual avanzais durante un largo rato, el silencio se hace incomodo. Atravesais una amplia sala y girais a la derecha, tras eso entrais en una gran sala decorada a modo de sala de reuniones, el se sienta tras la mesa de roble y su pantera se deja caer languidamente a sus pies.



- Por favor, toma asiento.

Obedientemente tomo asiento en la silla más cercana.

-Gracias- le digo mientras tomo asiento. Y espero a que hable.

- Bueno, empezaremos por lo mas importante para ti, Pesadilla estara bien, aqui recibira los mejores cuidados, se le cambiaran las herraduras y se le dara el mejor heno. - Acariacia a Daaku y continua. - Ahora sigamos con lo que mas me interesa a mi. Se de lo que eres capaz y cuales son tus talentos, estoy buscando agentes para que trabajen para el principado como espias, asesinos y soldados.

-Oh, trabajo- digo con una mezcla de sorpresa y satisfacción- ¿Y qué tiene pensado para mí exactamente? Porque yo nunca he trabajado en tales cosas, aunque bien es verdad que no me incomoda ninguna. ¿En qué está pensando?

- Poses un talento inanto para esto, quizas incluso puedes llegar a ser la mejor. - Dice mientras observa tu reacción. - ¿Sabes algo de la situación de Dwänholf?

Sin poder evitarlo una sonrisa de satisfacción aparece en mis labios.

- Phaion le declaro la guerra a Dwänholf en el consejo, acusándolo de tener tratos con los piratas.

- Asi es, pero como en todo, hay una parte de verdad y otra de falsedad. Bueno querras saber por que te dirigiras hacia alli ¿no?