Acto 1, El Inicio

En algún lugar de las Islas Británicas.

Una espesa niebla cubre la oscura espesura, mientras los pasos de la preciosa mujer avanzan con gracia y naturalidad. A pesar de que la noche ha caído, la tenue luz de la luna y las estrellas apenas ilumina el interior del espeso bosque. No obstante, los pasos de la mujer son firmes, decididos, precisos. De alguna forma, se mueve entre los árboles con soltura, como si conociese cada rincón del bosque. Una ligera llovizna empieza a caer, mojando el suelo, las hojas y el fino vestido de la figura femenina que avanza entre la oscuridad, amparada por la niebla y los pocos animales que se atreven a seguirla con su mirada.
Pronto, cuando la lluvia empieza a ser más persistente, la mujer alcanza el pequeño claro rodeado de bosques, donde una pequeña y simple cabaña de madera se asienta. Puede verse la débil luz que emiten las llamas de velas y el fuego del hogar. Algunos utensilios y cuerdas extrañas cuelgan en ventanas, árboles cercanos y la entrada de la cabaña. Un aroma embriagador, se mezcla con el olor del suelo y la hierba mojada, extraños elixires, una amalgama de ingredientes, naturales y exóticos, que penetra en los agudos sentidos de la mujer. Su mirada se fija en la puerta, su aspecto es joven, hermoso, delicado, pero sus ojos dan claro testimonio de que ha vivido más que muchos de los propios árboles del bosque, su edad no esta acorde con su joven y delicada apariencia.
La mujer se detiene junto a la puerta, alzando su mano para dar un par de golpes, sutiles, pero firmes. Lo extraño, lo que hace que la escena sea aún más inquietante y extraña, es que la mujer permanece seca, como si la lluvia rebotase en una especie de aura invisible a su alrededor. Los pasos se escuchan al otro lado. La mujer sonrie.

Remuevo el oscuro liquido que que se calienta en el fuego del hogar. Parece que ya está. Vierto un poco del líquido en el mortero en el que un instante antes molía varios ingredientes. Mientras mezclo el contenido veo como cambia de color volviéndose mas claro. - Una vez que repose estará listo - pienso en voz alta mientras lo guardo en un pequeño frasco de cristal - solo queda probar que funciona. - Camino hasta el escritorio cuando llaman a la puerta, ¿quien será a esta hora? Cojo un puñal y lo sujeto escondiéndolo a mi espalda antes de abrir. - ¿Qué haces aquí? - Digo sorprendida al ver quien se encuentra al otro lado.

-¿así recibes a tu maestra? Con un que haces aquí y un puñal a la espalda?- digo mientras la observo con una sonrisa.- Veo que estas feliz de verme. ¿Vas a dejarme pasar o dejaras que la lluvia me empape el vestido y moje mis cabellos?

- Te veo muy seca para correr el riesgo de acabar empapada - digo mirando la lluvia - Y sobre el recibimiento que te he dado, no deberías quejarte, no crees, eres tu la que se ha presentado de imprevisto y en mitad de la noche - Me aparto de la puerta dandole paso con una sonrisa burlona - Pero ya que estas aqui y me has sobresaltado, pasa. Tengo un poco de sopa calentándose en el fuego, ¿quieres un poco para entrar en calor?

- Aceptare ese plato de sopa.- digo mientras entro en la cabaña y me pongo cómoda.- Y sobre mi visita...estoy aquí para traerte un mensaje. - hago una pausa para ver su reacción. También leo su mente.

La llegada de Jade no augura nada bueno, cada vez que aparece tan de repente significa que algo malo ha pasado o está a punto de ocurrir. Sirvo dos platos de sopa en la mesa y me siento observando a Jade- Si has venido desde tan lejos en lugar de comunicármelo por otros medios debe ser algo importante. - Siento un nudo en el estomago y no se bien que pensar, esta vieja bruja sabe esconder bien sus emociones lo que me dificulta saber a que atenerme, algo que me resulta frustrante ya que a veces me hacer dudar de mi misma, me hace pensar que estoy paranoica y veo cosas donde no las hay.

-No se si es importante o no, solo se que algo va a comenzar. Se avecinan acontecimientos. Algo esta a punto de suceder. Recibirás pronto una visita del destino, del futuro, que marcará tu vida desde ese instante. Ya va a comenzar. Es la hora de que suceda lo que debe ocurrir. - digo mirándola fijamente a los ojos. Tras eso, comienzo a comer sopa, despacio, observando las ondas que deja cada cucharada. - Una oscuridad crece, una luz brilla tenue, esta a punto de apagarse, pero debe ser salvada. Muchos perderán la vida, pero otros tantos verán su destino alcanzarles. Es una época oscura.

Escucho con atención el mensaje de Jade y grabo en mi memoria cada palabra. Como intuía lo que tenía que decirme no suena a una buena noticia. Comienzo a comer mientras medito sus palabras. Pronto cambiará mi vida. ¿Qué ocurrirá a partir de ahora? ¿Qué será esa luz que debe ser salvada? En mi mente no dejan de surgir preguntas sin respuesta. Debo asimilar todo esto y sin embargo no tengo tiempo, el caprichoso destino se ha ocupado de que no pueda escapar de él. Maldita sea necesito respuestas. Observo a Jade - ¿Hace cuanto viste esto?

-¿A caso importa? - digo mientras me levanto y me dirijo a la puerta. - Ten cuidado, se acercan tiempos oscuros, y el mal ha despertado en estas tierras.- abro la puerta. y salgo.

En realidad no, no importa cuanto hace que lo vio. Lo importante es cual es el mal que amenaza estas tierras y que es la luz que ha de ser salvada. Y sobre todo cómo salvarla, cómo evitar que esa luz se apague. - Descuida tendré cuidado. Hasta pronto, se que sobra decirlo, pero ten cuidado tu también. - En cuanto sale por la puerta comienzo a buscar entre mis anotaciones buscando algo que me ayude a buscar respuestas.

Mientras buscas entre tus cosas, la puerta es golpeada. ¿Se ha olvidado algo? ¿Apenas se ha marchado y ya tocan de nuevo? Aun así, sabes que no es ella, tu intuición te dice que no se trata de Jade. Pero entonces ¿Quien llega a estas horas y como es que no se ha encontrado con ella?

La puerta vuelve a sonar mientras pienso todo lo que acaba de pasar lo cual hace que me sobresalte. Sea quien en sea parece impaciente. Antes de llegar a abrir vuelven a mi mente las palabras de Jade. "Recibirás pronto una visita del destino, del futuro, que marcará tu vida desde ese instante. Ya va a comenzar. Es la hora de que suceda lo que debe ocurrir". ¿El destino a llegado a mi puerta? ¿O será una simple coincidencia? Vuelvo a coger el puñal y abro la puerta con precaución.

Llevamos días deambulando por este inmenso bosque. Creo que estamos dando vueltas en círculos. Si no doy con algún lugar seguro pronto, donde puedan tratar las heridas de mi compañero y las mías, moriremos. Hace unas horas, encontramos signos de advertencia, señales que nos advertían de abandonar el bosque, las ignoramos. Fue entonces, cuando esas enormes bestias nos atacaron. Mi compañero se llevo la peor parte. Sus heridas son muy graves, yo también he resultado herido, pero mis heridas no tiene tan mal aspecto. ¡Aguanta!

La lluvia lleva un rato haciéndonos las cosas más difíciles. Empiezo a sentirme agotado, débil. Creo que una parte de mi, empieza a aceptar que moriremos en este lugar. Llevo un rato sintiendo como somos observados. Si se trata de aquellas bestias, no tendremos ninguna oportunidad. Hace un rato que mi compañero esta inconsciente, su respiración es preocupante mente débil. La herida me quema, los músculos me advierten que pronto dejaran de responder. Entonces veo aquella pequeña y confortable cabaña. Es nuestra única opción.

Cuando estoy junto a la puerta la aporreo de forma brusca e impaciente. Unos pasos se aproximan, la puerta se abre...¿estoy muerto? LA belleza de la mujer que me abre me arrebata toda razón. ¿Se trata de un espejismo? ¿Como es posible que una mujer así viva sola aquí? ¿No ha tenido problemas con esas bestias? ¿A cuanto estamos de la ciudad? Sus intensos ojos claros me analizan, yo simplemente permanezco inmóvil, sujetando a mi compañero con las pocas fuerzas que aún me quedan. Solo soy capaz de hablar debilmente.

-Necesito ayuda.

La imagen que tengo en frente me deja perpleja. No es la primera vez que veo a gente incauta que se ha adentrado en el bosque ignorando sus peligros y advertencias, pero por lo general esa gente a acabado muerta o en un mal estado mental. Nunca antes había llegado alguna de estas víctimas ante mí con la posibilidad de ser salvada.
Dejo caer el puñal y ayudo a sujetar al hombre que ya está inconsciente, sus heridas son mortales y el haber perdido la conciencia ha sentenciado su destino. -Ayudame a tumbar a tu amigo allí. - Indico una zona tranquila cerca del calor del hogar. - Aquí estará comodo. - Miro al otro hombre quien si compartirá la misma suerte si no trato pronto sus heridas. - Tú tumbate allí, me ocuparé de ti primero. - Antes de que pueda replicarme lo sujeto y comienzo a llevarlo hasta la cama. Le ayudo a sentarse y a quitarse la ropa rasgada para comenzar a limpiar sus heridas.

Sujeto la mano de la mujer, su tacto suave me resulta agradable. Su voz llega a mis oídos como un sorbo de agua refrescante. - Primero ocúpate de él, necesita más tu atención que yo. - digo a la mujer mientras trato de acercarme a él. Aunque su respiración débil y su mal estado me hacen temer lo peor. Observo la cabaña, es un lugar confortable, pero extraño. Mi atención repara en el cuchillo que hay junto a la puerta en el suelo. - No causaremos problemas. Solo quiero atención para sus heridas.

Cojo todo lo que necesito para lavar y tratar sus heridas y vuelvo a su lado. - Sshh. Debes relajarte y descansar. Si queréis que os ayude dejadme hacer mi trabajo. - Mi voz es casi un susurro, cálida y mimosa. Casi como un canto de sirena. Necesito que se relaje, que no preste demasiada atención a su entorno. Para ayudarle voy a tener que hacer uso de mis dones y si se mantiene alerta puede crearme problemas. - ¿Cómo os llamáis? - Pregunto mientras limpio la sangre con agua caliente suavemente.

Su voz me hace sumirme en un extraño estado de relajación. Pero imagino que el cansancio y el shock del conflicto experimentado hace unas horas, también tiene su participación. Como sea, acepto quedarme sentado, mientras la mujer se dispone a lavar mis heridas. - James, mi nombre es James. El es Soren. - mientras mi cuerpo recibe el suave tacto de sus manos, su aroma embriagador y el sutil roce de sus cabellos, observo a Soren. - No va a sobrevivir ¿verdad? Por eso estas conmigo en lugar de atender sus heridas primero. ¿no es así? - digo mientras la miro fija e intensamente. Algo en esta mujer me cautiva, hace que me pierda.

- Lo siento - digo mirandole a los ojos. -Ahora debéis preocuparos de sobrevivir por los dos. - Dejo la toalla en el barreño lleno de agua - Debo coser aquí, si no, no sanará - Comienzo a coser las heridas más profundas y cuando termino aplico un ungüento en estas.

En realidad, sabía desde hace mucho que Soren no saldría con vida, pero una parte de mi se resignaba a abandonarlo en este lugar. - ¿Vivís aquí sola? - pregunto a la mujer mientras observo como cose y limpia mis heridas. - Este bosque es extraño, peligroso. Las bestias lo han reclamado como su dominio. - Noto como el cansancio va abriéndose paso. - Gracias. - Digo mientras observo aquellos cautivadores ojos claros y esas delicadas y firmes manos.

Las heridas de vuestro amigo son muy graves y no se si mis conocimientos serán suficientes para ayudarle aun así ahora que estáis más tranquilo haré todo lo que esté en mi mano para ayudarle. Vos descansad, dormid un poco y si hay algún cambio en Soren os lo haré saber - Me levanto y cojo un vaso, echo unas hiervas en su interior y vierto un poco de agua caliente.- Tomad esto ayudará a que vuestras heridas no se infecten. - Voy hacia Soren y comienzo a limpiarlo tarareando una dulce canción mientras espero a que las hierbas hagan su efecto y James quede dormido. Una vez se duerma veré si mi magia puede salvar a este pobre hombre.

Las palabras de la mujer resuenan en mi cabeza, que está algo embotada. Sin apenas ser consciente, cojo el vaso que me entrega y bebo el líquido ambarino que contiene. -Apenas tengo sueño, me gustaría estar despierto para poder ayudar. Además, mi dama, yo me encuentro bien.- Tras beber el contenido del vaso, saboreo el extraño regusto que me deja en los labios y el paladar. Mi cuerpo empieza a sentirse más pesado, mi garganta se siente cálida y mis parpados empiezan a resultar pesados. Noto como las pocas fuerzas que me quedan se escapan de mi herido cuerpo, mientras observo como la mujer me ayuda a recostarme en el lecho, apenas consciente de mi entorno y lo que esta sucediendo. Solo me centro en el suave tacto de sus manos sobre mi espalda y su aroma exótico a hiervas, leña y vegetación. Con la imagen de su intensa mirada y aquellos ojos hipnóticos, me dejo vencer por el dulce sueño que me llama a su lado. Sin más en mi mente que la imagen de esa mujer, duermo.

Tras ayudarlo a recostarse me siento un instante a su lado observanso su rostro. ¿Quién eres tú? Pienso mientras mis dedos acarician su mejilla. Vuelvo a centrarme en Soren. Desde que abrí la puerta supe cual era su destino, aun así haré lo que esté en mi mano para intentar cambiarlo.
Llevo varias horas ocupándome de Soren en vano, lo único que he conseguido es confirmar que fueron atacados por hombres lobo y aliviar su dolor el poco tiempo que le quedaba. A pesar de que imaginaba que ocurriría esto siento un nudo en el corazón. Busco una manta y lo cubro con ella, cojo otra para mi y salgo tras cubrirme para protegerme del frío. Estoy agotada y no tengo ganas de más visitas inesperadas. Supongo que no habrán hecho nada grave o de lo contrario no habrían llegado hasta aquí, a pesar de eso, prefiero ser precavida por lo que refuerzo un poco más mis protecciones.

La noche ha sido larga, a pesar de tus esfuerzos, no has podido salvar la vida de Soren, aunque por suerte, has podido salvar la de James. Tu mente ha divagado sobre los acontecimientos ocurridos esta noche, sobre la visita de tu vieja maestra, sobre sus palabras, sus visiones y advertencias. Has formulado decenas de ideas y conjeturas sobre el hombre que yace en tu cama, te has visto obligada en más de una ocasión a paliar con su fiebre, con sus inquietantes pesadillas, cambiando su vendaje, curando sus repentinas hemorragias. Pero al fin, te ha dado algo de paz, por fin parece que James ha salido del peligro. El sol despunta por las vidrieras de tu pequeña cabaña. Te sientes cansada, exhausta, apenada por la vida perdida, pero al mismo tiempo aliviada y reconfortada por haber salvado a este hombre que ha entrado en tu vida en una noche fría, lluviosa y llena de augurios.

Sentada junto a la ventana disfruto de los rayos de sol que se cuelan en el interior y saboreo el último sorbo de té caliente mientras mi cuerpo entra en calor y comienza a relajarse. Antes de que me venza el cansancio me levanto y preparo el desayuno inundando toda la estancia de un delicioso aroma a avena y canela. Sirvo las gachas en un cuenco y me acerco a mi invitado. - Tenéis comer algo y recobrar las fuerzas. - Digo sentandome a su lado comprobando si ya ha despertado.

Los primeros rayos de sol bañan mi rostro, devolviendo me al mundo de los vivos. Apenas puedo abrir los ojos, y capto una silueta junto a mi lecho. El aroma de avena y canela se entremezclan con la fragancia de la mujer que ha salvado mi vida. Noto como mi corazón se agita. Poco a poco trato de abrir los ojos y observar el entorno. Tras mirar su cansado rostro y ver que permanece a mi lado, reparo en el cuerpo sin vida de Soren. - No ha sobrevivido ¿verdad? - conozco la respuesta, pero aun así no puedo evitar hacer la pregunta. - ¿Sufrió?