La Misión (Nolan y Alucard)

Viajáis a través de las tierras de la calma, en el principado de Helenia. Vuestro destino es Galgados, la ciudad de Hécate, donde debéis ayudar a los templarios que custodian los accesos a la Ciudadela bajo el paso. En verdad, esa es la misión de Alucard, Nolan solo viaja con el acompañándolo, tratando de buscar respuestas a sus sueños.
Mientras atravesáis las tierras de la calma, el sol se va ocultando despacio en el horizonte. Una brisa fresca y agradable sopla por las planicies y bosques que adornan vuestra travesía. Aun así, no podéis evitar sentir una sensación apremiante de que algo oscuro esta germinando en las sombras. Una sensación extraña e inquietante, que os hace permanecer en guardia.

- La noche pronto nos habrá dado alcance. Deberíamos buscar una posada para descansar y revisar nuestra ruta.- digo mientras aproximo mi montura a la de Nolan. - Hay algo en el ambiente, es como una sensación. Me perturba esta quietud, estas tierras son bien conocidas por ser tranquilas y pacíficas, pero hay algo acechando en las sombras. ¿Puedes sentirlo?

Acaricio el pelaje de mi corcel, mientras observo nuestro alrededor y la clara expresión de preocupación de mi amigo Alucard. -Si, lo percibo también. Es una sensación extraña, oscura. - Miro el cielo que poco a poco se va oscureciendo.- No creo que nos encontremos lejos de la próxima posada. Descansaremos ahí.

- Creo que es una buena idea. ¿Has pensado ya sobre mi oferta? - digo mientras mantengo la guardia alta y observo mi alrededor de forma ocasional.

- Lo he hecho, si. Y la verdad es que no me veo atado a un lugar. Yo soy más de estar de aquí allá. Eso de permanecer en el mismo lugar, vigilando un lugar no va para nada conmigo. Ademas, esta ese asunto...lo de mis sueños. Se han vuelto más constantes, y he de admitir que no me saco a esa mujer de la cabeza. - digo mientras pienso en mis propias palabras y contemplo el paisaje cada vez más oscuro a causa de la llegada de la noche.

Mientras avanzáis por las tierras de la calma, la noche se ha hecho presente en el lugar. Se trata de una noche bastante oscura, con apenas estrellas iluminando la bóveda celeste, y una tímida luna que apenas ayuda a iluminar la región. A lo lejos habéis oído lo que os ha parecido un aleteo de enormes alas, pero al observar la zona, no percibís el origen. Aun así, una extraña sensación de oscuridad y peligro se extiende por la zona, haciendo que vuestros músculos se tensen y la reacción asustada de vuestras monturas, ayuda a mantener esa sensación de peligro.

Trato de calmar a mi caballo, mientras miro a Alucard. - Deberíamos ver que está ocurriendo, y que ha provocado ese sonido de alas. Los caballos están nerviosos, por lo que seguramente hallan percibido algo. - cuando mi caballo está bajo control, lo espoleo a ir en la dirección de la que provenía el sonido.

Al igual que mi compañero, trato de apaciguar a mi caballo. Y tras conseguir que se calme, lo dirijo en la dirección del sonido, siguiendo a Nolan. - Sea lo que sea no es natural, ninguna criatura natural es capaz de generar esta sensación, ni posee algas tan grandes como para que su sonido sea tan perceptible. Mantente alerta Nolan.