Thane Krios

El Valle del Lago es un lugar apartado, ideal para mi. Aquí puedo pensar, mi vida ha sufrido cambios y acontecimientos que podrían haberme vuelto loco. Podría haber caído en la desesperación, la autodestrucción, o incluso la venganza. Pero en lugar de eso, me aleje todo lo que pude del lugar de donde vengo. La Tierra parece un lugar magnífico para escapar de toda mi anterior vida como asesino y mercenario a sueldo.
Hoy hace un buen día, mucha gente habrá salido a la calle para disfrutar del sol.
Me acerco a la nevera... parece que va siendo hora de una nueva visita a la ciudad, necesito algunas provisiones. Me enfundo mi ropa y mi casco y subo a mi moto. Arranco... me encanta el sonido del motor de mi moto. Estos humanos saben hacer algunas cosas bien.

Conduces tu moto a través de los boscosos parajes del Valle del Lago con destino a la bulliciosa Royal Hill, para hacer unas compras y abastecerte de provisiones. Mientras disfrutas del viento en la cara un mal presentimiento te recorre la espina dorsal, sube hasta la nuca y hace que se disparen tus sentidos. ¡Algo malo va a pasar!

No me gusta nada esta sensación, aun así, sigo conduciendo hasta el centro, con los sentidos alerta ante cualquier posible peligro o señal del mismo.
Me dirijo a Royal Hill, al centro comercial, a menos que algo llame mi atención antes de llegar.

LLegas al centro sin incidentes, y la sensación se hace aún más fuerte cuando estás merodeando por Royal Hill.
A pesar de ir en moto, llegas a un atasco considerable, por lo que tendrás que ir zigzagueando o esperar para avanzar.

Paso entre los coches para ir adelantando, pero respetando las normas de circulación, semáforos y demás. Y cuando estoy cerca de la zona más comercial, aparco la moto y bajo. Lo primero es comprar algunas cosas, luego merodeare por la zona, para tratar de dar con aquello que me causa este malestar.

Las compras transcurren sin incidentes raros, tras lo que decides echar un vistazo por los alrededores para averiguar que ha provocado tu extraña sensación de peligro.

Trato de agudizar mis sentidos, así como estar atento a cualquier cosa sospechosa o peligrosa que pueda encontrarme.

Los ruidosos sonidos palpitantes de una explosión y cristales rotos, junto con el golpe de choques acompañan a todos sin previo aviso. En cuestión de segundos, una extraña nube de niebla plateada cubre el área circundante. Del mismo modo que el pánico y la histeria están a punto de apoderarse de todo el mundo, la nube comienza a girar sin ningún evidente susurro de viento. Se desata sobre sí misma en una masa ciclónica, descargando lo que parecen ser relámpagos azulados tanto dentro de sí como hacia el exterior en torno a la vecindad inmediata.
Tanto la explosión como los rayos desaparecen y comienzan a disiparse antes de que alguien (tu incluido) puede llegar a la escena, dejando a muertos y heridos como la preocupación más inmediata. Las multitudes entran en pánico y las carreteras irremediablemente quedan atascadas dejándoos disponibles para tratar a los heridos críticos y al desastre dejado por el extraño fenómeno.

Me muevo lo más rápido que puedo hasta la zona donde se ha producido la extraña tormenta. Aunque trato de pasar lo más desapercibido que me sea posible, moviéndome entre las sombras y tratando de mantenerme oculto.

Escombros, coches que han chocado contra otros coches, muros o contenedores. Heridos, fuegos y la histeria generalizada de todas las personas que están en las inmediaciones. ¿Que haces? Pasa a Jinetes en la Tormenta para explicarlo.