La Mano de Dios

La joven Shanna es una de las más prometedoras inquisidoras en ciernes, durante sus primeros añños de adiestramiento ha demostrado unas aptitudes y poderes dignos de una elegida de Abel. Pero la cosa para ella esta a punto de mejorar si cabe aun más. El cardenal Magnus, desea que ella, una joven aun sin el titulo de inquisidora se someta a un entrenamiento especial. Gracias a sus contactos con el 13º Cardenal y el Sumo Arzobispo Augustus, a conseguido que desde el Dominio, más concretamente desde Albidión se acceda a cumplir dicha petición.

Uno de los soldados santos de Albidión te conduce a un majestuosos carruaje situado en uno de los patios principales del Monasterio de Caedus.
- Espere aqui. El cardenal Magnus no tardara en venir, ahora esta reunido con el Sumo Arzobispo para ultimar los detalles de tu traslado.

Si - asiento - esperaré aquí
Mientras espero, nerviosa por el viaje, observo detenidamente hasta el ultimo detalla del carruaje - Es precioso y parece comodo, será un viaje agradable. Como será mi nuevo entrenamiento, habra alguien más allí... - Me quedo pensando en todas esas preguntas intentando controlar mis nervios

El interior del carruaje es magnifico, forrado con tela de la mejor calidad y con adornos bañados en oro por doquier, los asientos son de piel, blancos y amplios. Los caballos que deben tirar de el son autenticos purasangre. Para seguridad de los viajeros, el carruaje esta reforzado de Elektra y una escolta de soldados inquisitoriales os acompañara en el viaje.

Despues de un rato esperando comienzo a ponerme un poco más nerviosa - Saben a donde nos dirigimos - me dirijo a los soldados que se encuentran conmigo - Espero que no tarde demasiado

- Hola hija mia, espero no haberte hecho esperar.- Dice Magnus mientras abre la puerta del carruaje y sube a el.- Estaba tratando los detalles de tu adiestramiento y servicios con el 13º Cardenal. Segun tengo entendido eres una joven muy prometedora, sangre de angeles corre por tus venas.

No se preocupe Eminencia, no llevo mucho aquí. - dice mientras hace una reverencia - Es cierto que desde que llegue al Monasterio se me ha dicho que por mis venas corre sangre de Ángeles..., bueno espero no defraudarle - sonrie levemente y sube al carruaje para no hacerle esperar - Eminecia, espero no ser descortés, pero... ¿a donde nos dirijimos? - pregunta con timidez

- Iremos hasta Americh, alli tengo unas instalaciones donde puedes ser adiestrada y despertaremos tu sangre latente. - Mientras ambos subis, y una vez acomodados, el carruaje y la escolta comienzan a moverse.

¿Mi sangre latente? - pregunta extrañada - Se refiere a la sangre de los Ángeles
Eminencia, perdone de nuevo mi indiscreción - dice sonrojada - pero por qué yo y no culaquiera de mis compañeros

- Veo que desconoces el don que Abel te ha otorgado, no debes disculparte ni menospreciar los regalos que nuestro dios nos hace. Si, me refiero a la sangre de angeles que corre por tus venas, ademas, potenciaremos tus poderes psiquicos, otro regalo de los cielos para combatir el mal.

Tiene razón, deberia estar agradecida por el gran regalo que Abel me ha otorgado y aprander a usarlo justamente con el fin de librar del mal a las buenas gentes de Gaïa, y con la ayuda de su Eminencia seguro que estaré más cerca de conseguirlo - dice orgullosa

El viaje es largo, pero resulta comodo y agradable, el cardenal Magnus resulta ser un hombre agradable, de fuertes ideales y grandes ideas. Tras unas semanas, visitando varios monasterios e iglesias de camino a Americh, por fin llegais a la ciudad del comercio, cuna de ladrones y mercaderes.

Vaya por fin hemos llegado a Americh, es reconfortante saber que hemos terminado el viaje - dice aliviada
Eminencia puede contarme algo de como va a ser mi nuevo entrenamiento, es que aunque me alegro de poder pasar más de un dia fuera del carruaje, estoy nerviosa por la llegada - suspira

Americh es la primera y mas grande de todas las ciudades del libre comercio. Se encuentra en el punto donde convergen las fronteras de Lucrecio, Kannon y Bellafonte. Puedes ver la diversidad de estilos arquitectonicos, rusticas casas de piedra, mansiones lujosas, edificios orientales, torres barrocas... todo tiene cabida en la ciudad de libre comercio.

Es muy diferente a cualquier cosa que hubiera imaginado. - digo observando la ciudad - Y ¿dónde nos alojaremos nosotros Eminencia?

- Poseo unas instalaciones en el barrio oscuro de Americh, apartados del bullicio de la ciudad.

¿El barrio oscuro? - digo extrañada - ¿Por qué lo llaman así?

- Lo llaman asi, porque es un lugar algo lugubre, y carente de luz... La luminosidad, asi como el carcter de sus gentes, es oscuro; pero a pesar de lo que se puede esperar es un lugar tranquilo.
Mientras llegais a una enorme mansión, mas bien, un gran edificio bien cuidado y pretegido, algo en claro constraste con los demas edificios de la zona; Magnus te explica que seras sometida a un entrenamiento similar al que recibias en Albidion, ademas, de someterte a algunas opreaciones quirurgicas para despertar tu potencial dormido.

Al escuchar eso me giro levemente para disfrutar de las vistas de la ciudad sumergiendome en mis pensamientos - ¿Operaciones quirúrgicas?, de verdad es necasario. ¿Será seguro? No sé, pero, ¿quién soy yo para dudar de su Eminencia? Aunque no puedo evitar sentir miedo
- Imagino que eso me ayudará a luchar contra los demonios - digo sin dejar de observar la ciudad

Magnus te hace un gesto tranquilizador. Y pronto, el carruaje y la escolta eclesiastica, se detienen en los jardines de la suntuosa mansión. Magnus indica a uno de los soldados que te conduzca a tu nueva habitación para que te acomodes. Tras lo cual te pide que te reunas con el en el ala norte, para empezar cuanto antes.

- Si, no tardare mucho, en cuanto acomode mis pertenencias y me refresque un poco me dirigire al ala norte. Si me disculpa - hago una reverencia y me dispongo a seguir al soldado

Al caminar por los pasillos, observo cada detalle de estos, cada cuadro, molduras, tapices...

La mansión esta decorada de forma sobria y con decenas de simbolos eclesiasticos, observas tambien, algunos adornos y logos de la compañía Sol Negro, al parecer este lugar debio de pertenecer a dicha empresa, tal vez, incluso aun siga siendo propiedad de estos. Magnus puede haberla comprado o alquilado para la ocasión.

Una vez en el ala norte de la mansión, me dirijo al primer soldado que encuentre y le pido que me guie hasta la situación de Magnus

Eres conducida hasta el ala norte de la mansión, a las salas inferiores del edificio. Una vez habeis llegado a la sala donde claramente te someteran a las operaciones contemplas a Magnus acompañado de un hombre alto y vestido con una gabardina verde.


- Estes es Clover, sera quien se ocupe de las operaciones. Puedes confiar en el, es un gran amigo de la Iglesia, y un excelente cirujano. Graduado en la Gran Universidad de Lucrecio.


- Encantado de conocerla señorita Galea. Como ha explicado su eminencia, yo sere el encargado de sus operaciones. No seran dolorosas. Al parecer, usted posee unos poderes latentes que la Iglesia desea despertar para convertiros en un arma para la Inquisición de notable efectividad. ¿Alguna pregunta antes de comenzar?

- Si muchas, por ejemplo quisiera que me explicara en que consistira la operacion, ¿como despertara ese poder latente? - Miro a Clover un poco nerviosa y tras un profundo suspiro continuo - ¿Cuanto durara la operacion y cuanto tardare en recuperarme? ¿Cuantas operaciones debera realizarme? ¿Que riesgos hay?

Vuelvo a mirar a Magnus preguntandome si pensara que soy muy impetuosa - Quizas me he excedido. Estoy un poco asustada

- Debes disculpar a la joven - dice dirigiendose a Clover con tono afable - Creo que esta excesivamente nerviosa.


- No se preocupe eminencia, es logico estar asustada en una situacion como esta, las operaciones no gustan a nadie. - Se acerca hasta ti con calma y te observa con minuciosidad. - Implantaremos algunos cristales psiquicos, para potenciar tu voluntad, asi como incrementar tus reflejos y aptitudes para el combate. La duración, asi como el tiempo de reposo, dependera de como valla reacionando tu cuerpo y tus defensas. - Hace una leve pausa para indicara a su equipo medico que preparen la sala y el equipo de cirujia. - No creo que necesitemos más de una o dos operaciones, y si todo sale bien no deberían existir riesgos, mas alla de los obvios de una operación, claro. ¿Esta lista? En cuanto este preparada, empezaremos con los preparativos.