El Camino a Tsuma

Los personajes empiezan la aventura juntos en el camino, a unas tres horas de llegar a Tsuma.

Hace una hermosa mañana mientras avanzais por el camino en dirección a Tsuma. Y ¿por qué no? Después de todo, ¿permitirían los shugenja Asahina del clan de la Grulla que lloviera durante este evento espectacular? Ya sabes la respuesta. El valle del río es verde y floreciente con la primavera. Los brotes de wul naranja estan listos para la recolección. Hicisteis tan sólo una breve parada en la última estación de paso, y hoy vuestros ansiosos pies os llevan tan deprisa como podría hacerlo un poni a través de los hertos. Sin aviso previo os encontráis de pronto frente a un anciano vestido con ropas de campesino y portando una brillante buzanda azul. Está encorvado por el peso de un gran cofre que descansa sobre su espalda doblada por el esfuerzo. Ante vuestra llegada imprevista se esfuerza por apartarse del camino, tropezando en el blando terraplén de la carretera y aterrizando en las aguas poco profundas de los juncos del río. Tarda en sacar la cabeza del agua.

Al ver lo sucedido, me dirijo a ayudar al pobre anciano a salir del agua, con cuidado de no resbalar - Pobre hombre voy a ayudarle a salir de ahí - digo acercandome a él - me pregunto quién o que será para que las grullas no hayan reaccionado ante la caída

En cuanto veo que se ha caído, me acerco a él para ayudarlo a salir lo más rápido que puedo; al escuchar a Kaede, la miro interrogante e inmediatamente después miro hacia las grullas y al anciano, mientras me sigo dirigiendo hacia él, haciéndome la misma pregunta.

Observo mi alrededor con precaución, sin dejar de atender a Kaede, ya que quizas pueda tratarse de una emboscada..., o algo peor.

- Esperad - digo en tono bajo mientras avanzo hacia ellos y el anciano.

Mientras os acercais, el anciano se esfuerza por incorporarse y sacar su cabeza del agua, pero sin exito.

Esperar a qué, no te preocupes tanto no creo que vaya a pasar nada, fijate en las grullas, ellas no se han asustado ¿no? - digo sin parar de caminar hacia el anciano

-Tranquilo, le sacarémos de aquí- sin más dilación corro hasta él para sacarlo del agua.

Cuando estais suficientemente cerca, observais que el anciano va vestido con un kimono tipicamente campesino de color marron muy claro. Su brillante bufanda azul parece hecha de la mejor de las sedas. Lleva consigo un olor que recuerda a la miel. Su largo cabello está atado en una cola, que cuelga a su espalda.
- Gracias, mil gracias. - Dice sin dejar de hacer reverencias una vez lo habeis sacado del agua.

- No hay de que, ¿está usted bien? - Saco mi manta y le cubro con ella - Tenga tapese no vaya a coger frío - Mientras hago esto observo mi alrededor en busca del cofre que traspaortaba y una vez lo he divisado - Gohiko-sama podrias sacar el cofre del anciano del agua dozo (por favor)

- Gomen kudasai (por favor, disculpeme), debí aparterme un poco para evitar lo ocurrido - le digo al anciano inclinandome a modo de reverencia

Una sincera sonrisa aparece en mi rostro al ver que el anciano está bien, pero en ese mismo instante un pensamiento pasa por mi cabeza. Miro a mi compañero para ver cómo se dirige hacia el baúl, oteo por encima, para ver si el baúl se ve a simple vista.
De nuevo esa sensación.
Miro alrededor tratando de atisbar algo.
Quizá esa sensación no sea nada, pero...

Asiento con la cabeza, me inclino sobre el baul una vez lo he localizado en el estanque. Lo agarro de las asas y con fuerza lo elevo del fondo del estanque.

- No se preocupe Kaede-sama. - Digo mientras lo levanto.- ¿Ocurre algo Akira-sama?

- Gracias, son muy amables, lamento haberlos molestado. Que torpe soy. Si me permiten, me complaceria realizarles una Ceremonia del Té en agradecimiento. - Dice el anciano de forma cortes y dando claras muestras de estar muy agradecido por vuestra ayuda.- Gracias por "salvarme de morir ahogado".

-No, no te preocupes, seguro no será nada.- y mirando al anciano- ¡oh, muchísimas gracias! Me alegro sinceramente de que esté bien.

Sigo a mis compañeros, olvidando esa extraña sensación.
Y empiezo a pensar en la prueba, soñando despierto.

Miro a Akira aceptando su respuesta, aunque realmente, creo que algo se agita en su mente. Presto atención a la respuesta de Kaede al anciano, ya que por cortesía, seguramente acepte su oferta de realizar una Ceremonia del Te en nuestro favor.

- Domo arigato gozaimasu (muchísimas gracias) Gohico-sama - digo dedicandole un gesto amable y vuelvo a dirigirme al anciano - No es necesario, pero si se queda más tranquilo será un placer aceptar su invitación - miro a mis compañeros para ver su reacción

El anciano abre la tapa del pesado cofre y extrae una pequeña estera, que deposita en el suelo. Mientras de la estera emana un ligero olor a moho, sus imagenes azul cielo llaman vuestra atención, el mural representa la vida de un hombre heróico. Antes de que podáis mirarla más, Megumi se arrodilla en el centro de la estera y alisa los pliegues. Mientras lo hace, os pide que le alcanceis del cofre el estuche que contiene el juego de té.

Me acerco al cofre y busco en su interior el estuche que nos indica el anciano - Digame buen hombre, hacia donde se dirigia - una vez lo he encontrado, se lo entrego y me arrodillo sobre la estera a su izquierda - Disculpe mis modales, mi nombre es Doji Kaede

Viendo que Kaede ya se a dirigido a sacar el estuche, simplemente me arrodillo frente al anciano y una vez en el suelo, pliego mi kimono con energía, para que este perfecto, tras soltar mi katana a la izquierda, indicando asi que no me fio del anciano.
- No creo que debieramos atrasarnos demasiado, pero aceptamos su invitación. Mi nombre es Shiba Gohiko, yojimbo del clan del Fenix.

Bueno, parece que nos retrasaremos un poco, en fin, que le vamos ha hacer; sería muy descortés rechazar la invitación del anciano.
Miro a mis compañeros con un gesto de asentimiento y una leve sonrisa. Y me dirijo cortésmente al anciano:
- Mi nombre es Tagashi Akira, del clan Dragón.

Mientras Kaede recoge el estuche, observa dos objetos mas que llaman su atención; una katana atada con un lazo y un pequeño cofre de caoba, del tamaño de una caja de zapatos. Megumi sonrie mientras cojeis asiento.

Nota: Kaede debes realizar una prueba de Leyes.

Me siento ceremonialmente, justo enfrente del anciano, le sonrío y observo a mis compañeros.
Quizá un poco de té no nos venga mal, despues de todo nos espera una larga travesia.
Que ganas tengo de empezar la prueba y probarme a mi mismo. Será seguro interesante.

- Disculpe anciano, cual es su nombre - entretanto cojo mi abanico, lo abro y comienzo a abanicarme suavemente

Observo a Kaede; parece algo inquieta, creo que este anciano nos va a dar problemas.
- Ademas, heimin, no ha contestado a donde se dirige.

- Mi nombre es Megumi, y me dirijo al Pueblo de la Rivera Blanca. - Dice el anciano afablemente.
Tras esto, Megumi extiende el juego de té y pide a Akira que mezcle en la tetera, con agua del río, los polvos de dos bolsas contenidas en el cofre.

- Nosotros nos dirigimos a Tsuma.- Digo mientras me froto el hombro izquierdo - Vamos a participar en el Torneo Tapacio.