Kristel

Kristel Bradock. Tus padres estaban desesperados el día en que te trajeron a la clínica; tus convulsiones habían empeorado y empezaban a incluir largos períodos de inconsciencia, los médicos del país no pudieron encontrar ninguna cura. Es por eso que te trajeron a esta clínica cuyo fundador, un médico científico oficialmente desacreditado y sancionado, prometió una cura para tu condición. Aunque eras muy joven en ese entonces todavía recuerdas vívidamente siendo atada a la mesa, los electrodos conectados a la piel, y el dolor insoportable que le siguió. Pasaste semanas sometida a tratamientos dos veces al día, y aunque te prometieron que finalmente te acostumbrarías al dolor, nunca lo hiciste. Pero valió la pena, ya que tus síntomas mejoraron, al menos por un tiempo. Después de regresar de la clínica quedaste libre de tu enfermedad durante varios meses, cuando, como un rayo de la nada, quedaste abatida por un ataque masivo repentino que te dejó en coma durante años. Cuando finalmente saliste de él, no sólo te habías curado, sino que habías descubierto que tenías capacidades psíquicas. El motivo exacto detrás de tus poderes nunca ha sido totalmente descubierto. Algunos creen que los habrías obtenido tarde o temprano y las convulsiones que sufriste eran manifestaciones tempranas y que el tratamiento en realidad los suprimió por un tiempo. Otros creen que los tratamientos de electroshock actuaron como catalizador o se concentraron para liberar poderes que de otra manera te habrían matado lentamente. Sea cual sea la verdad, el poder y la responsabilidad, son ahora tuyos. Tras descubrir tus poderes empezaste a practicar con ellos, hasta llegar a dominarlos completamente. Ahora vives una vida normal, con una identidad ajena a quien eres, como enfermera. Pero cuando las cosas se ponen feas, y aflora una crisis, o un problema mayor, tú te muestras como una heroína, usando tus capacidades para ayudar a quienes lo necesitan.